domingo, 13 de junio de 2010

No se muere de Amor.

Es lo que se suele decir, es lo que se debe aceptar, es la forma sagrada en que se transmite el respeto a la vida en esta Existencia, lo que se intenta transmitir en el respeto al Duelo de la pérdida del Amor hacia otro Ser.

Y es el consuelo ante el Amar en ese Duelo, el consuelo y la esperanza a un proseguir un camino cuando se siente que ya no tiene sentido.

Es el desear curar la herida ante el desangrarse por el Amor vivido. Es la Misericordia en forma de palabras de aquellos que desean que continúes viviendo una Realidad, y continúes buscando respuestas a través de un nuevo Amor.

Y es que afirmar que no se muere de Amor quizá también provenga de un instinto de supervivencia, de afirmar y reafirmar que queda algo por vivir superior a lo vivido. Que todo está por llegar, y lo que está por llegar es mejor que lo aprendido y así, dar forma de una enseñanza pendiente en palabras de esperanza.

Y es humano, y honra a quién lo pronuncia, y eleva ese deseo en una nueva forma de Amor hacia a quién dirige sus palabras.
Aunque no sepa si para quien las recibe es justo esa la Experiencia a aprender.

Morir de Amor.

Porque quizá sea esa experiencia el último aprendizaje, la última asignatura, el último capítulo que desde el Amor y para el Amor debe llegar.

Y si en algún tiempo he de llegar Allí, y si he de saber Crear, y si he de saber SER desde esa forma, desde la forma del Amor y Misericordia de un Padre Creador que no deja de Amar, si al igual que ahora, Hijo, entiendo, acepto, integro y honro la existencia de mi Padre Creador…

He de saber como muere.

Debo entender, aceptar, integrar y honrar que sólo de Amor, y sólo en el Amor el Padre morirá. Sólo así podría tener lugar dejar ir a sus Hijos

Y yo, Hijo, llegado el momento, llegado el instante en que la Integración en el Todo concluya en Desintegración final, llegado el momento de emanciparme de ese Padre, deberé haber aprendido también la forma de esa muerte.
Al igual que en este plano, en esta vida.

Para poder continuar el Gran Trabajo, para que cada uno de mis actos y Creaciones no contengan resto de duda de que nacen de ahí, y que llegado mi fin, deberá ser por Amor y en el Amor.

Amando al Amor.
Si, se Muere de Amor.